Félix de Azara, un altoaragonés en la protohistoria de las Ciencias Naturales modernas

29/12/2021

Nota sobre Félix de Azara en el bicentenario de su fallecimiento celebrado en 2021

 

 

Por David Badía Villas, biólogo fragatino y catedrático de Edafología -la ciencia del suelo- en el Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza

 

El pasado 20 de octubre se cumplió el 200 aniversario del fallecimiento de Félix de Azara, conocido por titulares como “un Naturalista Universal”, “el aragonés que se adelantó a Darwin”, “el navegante de Barbuñales”, …Esta nota trata de recordar brevemente la trascendencia del trabajo de Félix de Azara en la evolución de los conocimientos de las modernas Ciencias Naturales.

 

Aunque lo que lleva a Félix de Azara a Sudamérica es la delimitación de fronteras entre Portugal y España, en sus dominios de ultramar, formando parte de una Comisión mixta de ambos países, la lentitud de plazos con que se abordaba tal misión le exaspera y se autoimpone convertir su estancia en dicho continente en una aventura personal que duraría 20 años (1781-1801). Fue una aventura que perseguía el objetivo de dar a conocer el medio natural, en sentido amplio, lo que abordó de forma metódica, espartana, y en muchos casos autofinanciada, pero que le lleva a inventariar más de 400 especies de reptiles, mamíferos y, sobre todo, aves; se trataba de especies “nuevas” para la ciencia de la época. Durante meses cabalgó entre los penachos de las cortaderas o hierbas de las pampas y atravesó densas selvas, que apenas le dejarían entrever el rojo del suelo forestal subtropical…dibujando y tomando notas en sus “apuntamientos” o cuadernos de campo (Apuntamientos para la Historia Natural de los Páxaros del Paraguay y del Río de la Plata y Apuntamientos sobre los quadrúpedos del Paraguay). Sus observaciones, con el rigor de ingeniero militar, no solo se limitaron a la descripción de las especies sino también a sus hábitats, a sus costumbres, en una aproximación a las futuras ecología y etología, respectivamente.

 

Además, este naturalista autodidacta e inicialmente centrado en las observaciones de campo, por lo improvisado de su tarea, no se conformó con ello, sino que trató de analizar los resultados obtenidos y alcanzar sus propias conclusiones. Y es que ya entonces se mantenía una dicotomía conceptual y valorativa entre el científico de gabinete y el de campo, de bata y de bota, diríamos ahora. Así que también a Félix de Azara podemos atribuir que se tambaleara esa concepción dual de investigador de despacho y de explorador de campo en pleno siglo XVIII.

 

Su trabajo posterior de inventario y clasificación de flora y, sobretodo, fauna, y las reflexiones derivadas de ello son las que le aproximan a la futura teoría darwiniana de la evolución de las especies. Se dice que el propio Charles Darwin, recorrería los mismos lugares inspirado por el libro de Azara, “Viajes a la América meridional” cuya versión inglesa leería en su camarote del Beagle y que cita reiteradamente en su diario. Darwin tiene en máxima consideración las reflexiones de Azara, por ejemplo, las del toro mocho o vacas sin cuernos, en las que observa las mutaciones y la selección artificial del ganado que hacía el hombre, asumiendo que esa selección también se daría de forma natural. Estas ideas son recogidas por Darwin, quién lo cita tanto en sus libros: “El origen de las especies” y “El origen del hombre”. Algunos de los nombres asignados a las especies americanas, como indica José María Enguita, ponen en evidencia la procedencia de Azara, como esparvero, gafarrón, choliva,…A pesar de haber identificado centenares de especies, la mayoría nuevas para la ciencia del momento, no ha recibido el debido reconocimiento porque la clasificación de las mismas bajo el estándar científico (de Lineo) las llevaron a cabo otros autores.

Son muy interesantes sus observaciones geográficas y geológicas, e incluso edafológicas (aunque tampoco en sus tiempos había nacido la Edafología) pues especula sobre el origen y la disposición general de los estratos de arenas que formaran el suelo en la vega del río Paraná, durante su viaje de Buenos Aires a Asunción, en 1784, describiendo lo que hoy llamamos el material flúvico, las discontinuidades líticas…

 

Tampoco le pasa desapercibida la perdida de suelo agrícola por erosión hídrica, especialmente en zonas donde la tierra fértil se limitaba a un reducido espesor sobre la roca arenisca subyacente. Así indica que, al eliminar la original cubierta forestal protectora, las lluvias arrastraban la tierra, dejaban la roca al descubierto, de modo que el suelo “…queda (hecho) una sola peña“. Tampoco le pasaron desapercibidos los efectos nocivos de los incendios repetitivos sobre la biodiversidad florística y faunística.Por otro lado, en otra expedición a Curuguaty, Félix de Azara advierte que la zona no era favorable para la vida humana y, menos para el ganado, lo que atribuye, principalmente, a la falta de nutrientes en el suelo.

 

Por tanto, Félix de Azara se sitúa en la protohistoria de las diversas disciplinas de las ciencias naturales más modernas, al integrar observaciones sobre la morfología animal y vegetal, el comportamiento animal, la distribución de la vegetación en el relieve o la calidad del suelo.

 

Terminaré citando la siguiente frase orteguiana que Julio Rafael Contreras utiliza, en su biografía de Félix de Azara para explicar la personalidad de nuestro protagonista: “Para crear no basta el pensamiento, hace falta el amor a las cosas, la pupila alerta y el corazón poroso”.

 

 

 

 

SINOPSIS CRONOLÓGICA DE LA VIDA DE FÉLIX DE AZARA

 

Año

Acontecimiento

18/5/1742

Nacimiento de Félix (Francisco José Pedro) de Azara y Perera, en Barbuñales (Huesca)

1757-1761

Cursa Estudios en la Universidad Sertoriana de Huesca, tanto Filosofía y Artes como Leyes

1764

Ingresa como cadete en el Regimiento de Infantería de Galicia

1765-1767

Ingresa en la Real Academia Militar de Matemáticas y Fortificaciones, en Barcelona, dedicada a la formación de oficiales del Real Cuerpo de Ingenieros, donde cursó asignaturas como cartografía, óptica, aritmética, geografía, … que le resultarían fundamentales. Desde entonces, su ascenso en el escalafón militar sería continuo.

1775

Participa en la batalla de Argel, en la lucha contra la piratería en el Mediterráneo, pero recibe una bala en el pecho que lo hiere de muerte, siendo salvado “in extremis” sobre la misma playa del desembarco; su proceso de recuperación le tendría inactivo 5 años.

1780

Es destinado a Donosti/San Sebastián, participando en la fortificación del Monte Urgull

1781

Parte de Lisboa con destino a Río de Janeiro y Montevideo, como miembro de la Comisión mixta Portugal-España que debía delimitar pacíficamente las fronteras en Sudamérica (tratado de San Ildefonso (1777) y acabar con el litigio que mantenían ambos países sobre las fronteras de sus dominios ultramarinos

1781-1801

20 años de expediciones por los actuales Uruguay, Paraguay, norte de Argentina y sur de Bolivia, le permiten efectuar levantamientos cartográficos y describir, de forma autodidacta, una flora y fauna (principalmente aves y mamíferos) no inventariada hasta la fecha, en una misión cuyos objetivos tuvo que reinventar tras el fiasco del encargo original

1802

Regresa a España (arriba a Málaga y se traslada a Madrid), tras partir de Montevideo a finales de 1801, donde se le concede un año de licencia

1802-1804

Viaja a París, donde su hermano mayor, José Nicolás, ejerce de embajador español. Le introduce en la sociedad científica francesa, y le ayuda a editar el libro “Voyages dans l’Amérique Méridionale”, a partir de las notas de campo (“apuntamientos”) que Félix de Azara había ido tomando en sus expediciones

1804

Regresa a España tras la muerte de su hermano José Nicolás, a quién enterraría en Barbuñales (donde podemos ver el carromato que los trajo de París)

1805

Es designado Vocal de la Real Junta de Defensa y Fortificaciones de Las Indias.

Francisco de Goya pinta el retrato de Azara (en condición de militar, pero con un fondo figurativo que incorpora las aves que estudió y los libros que escribió), que puede verse en el Museo Goya de Zaragoza.

1808-1821

Se retira a su Barbuñales natal, con su hermano pequeño, Francisco Antonio. Publica, para la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, de la que fue fundador, un par de informes: “Pardinas del Altoaragón” y “Los Olivos de Alquézar y sus aldeas”

20/10/1821

Fallece en Barbuñales y es enterrado en la catedral de Huesca