La degradación del suelo que provoca la desertificación es un problema global que afecta también a nuestro entorno inmediato en numerosas zonas de España y del valle del Ebro
Por David Badía Villas, catedrático de Edafología del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza (Escuela POlitécnica Superior de Huesca) y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo(SECS)
La desertificación supone, según la FAO, “la degradación de los suelos de zonas secas por factores (geológicos, climáticos, biológicos y humanos) que ponen en peligro la biodiversidad y la supervivencia de las comunidades humanas”. Y esas zonas secas (áridas, semiáridas y subhúmedas secas) no hay que buscarlas muy lejos, pues la propia ciudad de Huesca (con un índice de aridez, IA=P/ETP < inferior a 0,65) marca el límite entre zonas secas y húmedas. Las “zonas secas” del Alto Aragón, como el conjunto del valle medio del Ebro, tienen una clara vocación agrícola, sustentada en muchos casos por el regadío y, por tanto, dedicada a la producción de alimentos (alrededor de 1/3 de la superficie provincial son “tierras” ocupadas por cultivos agrícolas). Y como indica el investigador en Ciencias del Suelo, el profesor Rattan Lal, Premio Nobel de la Paz en 2007 y World Food Prize 2020 “Hay que conciliar la necesidad de aumentar la producción de alimentos con la conservación de los suelos, el agua y el aire. Normalmente, la gente piensa que la agricultura es el problema pero deber ser la solución”. Y en esa solución, la biodiversidad de microorganismos juega un papel fundamental. Se dice que…¡¡hay más microorganismos en una cucharadita de suelo sano que habitantes en la Tierra!! No dejemos que el “efecto Covid” nos haga olvidar que los organismos del suelo nos ofrecen múltiples beneficios como la fijación del nitrógeno atmosférico, incorporándolo al suelo y haciéndolo disponible para los cultivos; participan en la descomposición de los residuos orgánicos, convirtiéndolos en nutrientes; en la degradación de pesticidas; en el control de fitoparásitos; o en la aireación y estructuración del suelo.
Los procesos que pueden degradar la calidad física, química y biológica de los suelos son diversos pero tenemos estrategias para protegerlo. A cada tipo de suelo debemos proporcionarle su “EPI”, si queremos que siga produciendo alimentos sanos, frente a amenazas como la erosión, la pérdida de carbono, los incendios forestales, la contaminación, la salinización, la compactación, la reducción de su biodiversidad, la pérdida de su capacidad de retención de agua, el desequilibrio de nutrientes, o el sellado de suelos por acciones humanas.
La aplicación de esas medidas ambientales no debe suponer un incremento en los costes de producción inasumibles por el sector agrario, responsable de la obtención de los alimentos para el conjunto de la sociedad y guardianes del suelo. Ese suelo, patrimonio heredado tras miles de años de formación, no solo nos proporciona alimentos sanos sino que es imprescindible para la vida por muchas otras funciones que lleva a cabo –ambientales, biológicas, de reserva genética, como fuente de materiales y sustancias, entre otras–, y que nos pasan desapercibidas.
Tabla1. Amenazas y medidas de prevención frente a la degradación de los suelos
Amenazas |
Medidas de prevención |
Erosión |
Aplicar medidas de conservación de suelo y agua (laboreo en curvas de nivel, laboreo mínimo, …), viables ambientalmente y socio-económicamente |
Pérdida de Carbono |
Aumentar aportes de enmiendas orgánicas y residuos de cosecha y reducir pérdidas (respiración del suelo) |
Incendios forestales |
Prevención y extinción rápida para evitar la pérdida de carbono y erosión post-quema. Técnicas de restauración, de emergencia (en casos puntuales) |
Contaminación (puntual y difusa) |
Restauración de suelos contaminados localmente (metales pesados, hidrocarburos..) y optimización del uso de residuos y de agroquímicos para evitar la contaminación difusa |
Salinización |
Manejo adecuado de riego y drenaje (fracción de lavado); rotación y selección de variedades |
Reducción de la biodiversidad edáfica |
Aportar fuentes de carbono, evitar la compactación, sellado, y contaminación, mantener la complejidad de su hábitat para aumentar su resiliencia frente a perturbaciones, evitando la excesiva intensificación |
Sellado del suelo |
Preservar los suelos agrícolas más productivos frente a otros usos (urbano, industrial, infraestructuras) bajo el prisma de una ordenación territorial más respetuosa con el suelo de calidad |
Desequilibrio nutricional |
Promover un manejo de nutrientes que mejore la producción y el bienestar económico y social, minimizando déficits o excesos (con monitoreo) |
Compactación |
Incrementar el aporte de materia orgánica para incrementar la actividad de las lombrices, y así la porosidad y la estabilidad de los agregados del suelo; rotar cultivos con diferente sistema radicular; reducir el paso de maquinaria, cuando el suelo supera el límite plástico de humedad. |
Perdida de la capacidad de retención de agua |
Incrementar el aporte de materia orgánica y evitar la compactación |
Fuente: FAO and ITPS. 2015. Status of the World’s Soil Resources (SWSR) – Main Report. Food and Agriculture Organization of the United Nations and Intergovernmental Technical Panel on Soils, 650 pp. Rome, Italy.
Tabla2. Funciones del suelo (http://ec.europa.eu/environment/soil)
Funciones del suelo |
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Producción de biomasa |
Producción de alimentos, forraje, fibras, biocombustibles, madera.
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Interacción ambiental |
Almacena, filtra y transforma nutrientes, sustancias y agua. Por ejemplo, almacena carbono, el agua y nutrientes disponibles para las plantas, biodegrada o retiene contaminantes, etc.
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Hábitat biológico y reserva genética |
Contiene una amplia diversidad de organismos que participan en los ciclos de nutrientes, contribuyen a la estabilidad estructural, a contrarrestar los efectos de patógenos y contaminantes químicos, etc.
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Soporte físico |
Sirve de base para el desarrollo urbano y otras actividades humanas incluidas las lúdicas.
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Fuente de materiales y sustancias |
Contiene la arena, grava, caliche o mallacán y otros materiales usados por el hombre.
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Archivo patrimonial y cultural |
Conserva los restos arqueológicos que sirven para evaluar modelos de asentamientos humanos. Engloba rasgos que evidencian cambios en el paisaje, el uso del territorio o el clima. |
Este artículo ha sido publicado también, con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Seguía, por Diario del Alto aragón
Fotografía: