El Campus de Huesca, al igual que el conjunto de la Universidad de Zaragoza, sigue dando pasos en la reducción y compensación de la huella de carbono que genera su actividad. Como novedad de este proceso en 2019 se inició el proceso para compensar el 10% de las emisiones de CO2 del suministro de gas propano utilizado para calefacción en la Escuela Politécnica Superior, centro del campus altoaragonés que acoge los estudios de Ciencias Ambientales y Agrarias de Aragón. Para ello se ha establecido en el pliego de condiciones de este suministro la obligación de compensar el citado porcentaje a través de inversiones en proyectos ambientales. Es esta una medida pionera en la universidad pública aragonesa.
Además, el Servicio de Actividades Deportivas, en todos los eventos deportivos compensa emisiones mediante la participación en programas de reforestación o de carácter ambiental.
También se ha introducido la compensación de un 2% en el suministro de gasóleo para 2020-2021 y están previstas más iniciativas en los centros y dependencias de los campus de Unizar.
La Universidad, en el registro español de Compensación de Huella de Carbono
Además, tras demostrar este cálculo correcto de la huella de carbono durante tres años, la Universidad de Zaragoza ha logrado entrar en el Registro de Compensación de Huella de Carbono del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Este registro continuado es el resultado del trabajo realizado durante en la medición de la huella de carbono en 2016.
La Universidad de Zaragoza fue una de las cuatro primeras universidades españolas en registrar su huella de carbono y, a día de hoy, son nueve las que se han incorporado a este Registro de Compensación de Huella de Carbono, lo que permite identificar las organizaciones que se están esforzando en la lucha contra el cambio climático.
En 2016 empezó a registrarse una huella sin compra de energía con garantía de origen renovable. Al año siguiente, en 2017, la huella se redujo un 60% gracias a que se pasó a adquirir energía eléctrica con garantía de origen renovable. Después, las emisiones se mantuvieron estables.
Para conocer esa evolución, la Universidad de Zaragoza ha introducido en este periodo los datos de consumos energéticos y de combustibles de los edificios y vehículos universitarios de alcance 1+2, es decir, las emisiones directas + emisiones indirectas, en una calculadora que habilita anualmente el Ministerio para la Transición Energética. Esa calculadora, junto con un plan de reducción de emisiones, se envía al ministerio, que comprueba la correcta introducción de los datos a través de la solicitud de facturas que corroboren los datos aportados.
Según los cálculos medidos hasta la fecha, si se reparten las emisiones entre todos los estudiantes de la universidad, cada alumno se llevó a su casa 187 kg de CO2 en 2018. Esa cifra significa que cada alumno que va a clase, cada día lectivo se lleva 1kg de CO2. En 2016, un alumno se llevaba casi 3kg de CO2 al día.
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