La contratación pública en el proceso de recuperación y transformación post-Covid-19. (Conclusiones del XII Seminario de Contratación Pública. Panticosa, 2021)

24/06/2021

 #GestiónPública

El Balneario de Panticosa, en el Pirineo oscense, ha acogido los días 22, 23 y 24 de junio de 2021 el XII Seminario de contratación pública. Expertos de todo el país han revisado en estas jornadas las pruebas a que ha sometido la Covid19 a la contratación de la administración, por la suspensión y modificación de acuerdos o la tramitación de emergencia de otros, así como los retos que supone para esta parte del trabajo de las administraciones públicas el volumen de contratación a gestionar en el proceso de recuperación y transformación post-pandemia. Alrededor de 80 personas -entre especialistas de distintas universidades, responsables de agencias de control de la contratación pública, funcionarios, políticos y directivos de empresas- han participado en este encuentro organizado por la Universidad de Zaragoza y el Observatorio de Contratación Pública (*). (Más información)(Programa)

Recogemos en esta entrada las conclusiones del Seminario que nos facilitan los organizadores.

 

Conclusiones

 

1. La contratación pública -y su fundamento- ha cambiado de forma muy notable en los últimos años. De una visión burocrática de la compra pública, diseñada desde una perspectiva hacendística y con escasa prospectiva se ha evolucionado hacia la idea la contratación pública como “herramienta jurídica al servicio de los poderes públicos para el cumplimiento efectivo de sus fines o sus políticas públicas”. Por ello la contratación pública (que supone el 22 por ciento de los presupuestos públicos según los últimos datos) debe ser re-contextualizada desde la perspectiva de inversión y no de gasto. Y como inversión interesa su correcta articulación como actividad estratégica.

2. La situación “global” y la propia finalidad de los fondos europeos obliga a repensar soluciones jurídicas en la contratación pública que promuevan la eficacia de las políticas públicas y que concilien los interesen públicos en juego, diseñando procedimientos eficaces y eficientes, que pongan el acento en la calidad de la prestación y que eviten una indebida deslocalización empresarial. La  experiencia de la crisis sanitaria y de la gestión de los fondos europeos es la oportunidad para impulsar una transición “no ruidosa” hacia una nueva gobernanza pública, que supere la “presión política” de hacer más por menos y a corto plazo y de revisar el dogma del precio como elemento determinante

3. Una correcta utilización del contrato público, como instrumento al servicio de políticas pública, debe permitir reforzar los principios inherentes al modelo social europeo y garantizar su sostenibilidad en una situación geopolítica cada vez más tensionada desde los mercados orientales, que obligan a repensar y reforzar la estrategia del mercado interior europeo. La contratación pública puede ser una palanca del cambio económico.

4. Frente a posibles planteamientos que pivotan sobre el criterio precio frente al de valor, interesa recordar que  el principio de eficiencia, inherente a la contratación pública, no puede ser interpretado desde modelos exclusivamente economicistas, sino que debe velarse por el adecuado estándar de calidad en la prestación del servicio. Es decir, el principio de eficiencia se debe articular atendiendo a objetivos sociales, ambientales o de investigación, lo que redimensiona la visión estratégica de la contratación pública desde una perspectiva amplia del derecho a una buena administración.

5. La interpretación de las normas de contratación debe ser alineada con el derecho europeo y sus fines. No todo debe ser contrato público y hay que evitar burocratización indebida.

6. La vacuna (como otros tantos medicamentos) no es un producto más y su capacidad de aportar salud y estabilidad económica no puede ser desconocida. Por ello, conviene, en su adquisición, una nueva cultura que preserve la predictibilidad (no puede desconocerse la complejidad de producción de ciertos medicamentos y en especial de las vacunas) y que atienda al valor, y no al precio más bajo, como elemento de decisión. El ahorro en la compra de servicios y suministros sanitarios debe contribuir a mantener e incluso a ampliar la cobertura, no a erosionar su calidad y sostenibilidad. La experiencia de la adquisición de vacunas para inmunizar a la población frente al COVID-19 debe servir de reflexión sobre la conveniencia de aplicar los principios de tensión competitiva de la contratación pública “ordinaria” en un mercado como el de los medicamentos y vacunas.

7. En la gestión fondos es necesaria flexibilidad de gestión reforzando la transparencia como rendición de cuentas, pretende ser una herramienta de rendición de cuentas que permita explicar a la ciudadanía en qué, cómo y cuánto se invierten los recursos públicos mediante contratación pública. Además, debe servir para legitimar la actuación administrativa al existir un control político de su actuación. Y, por ello, en tanto que permite «dar luz» a ciertas prácticas, debe servir de avance en la idea de integridad en la contratación pública.

8. la innovación para la adecuada gestión y finalidad de los fondos europeos no debe ser solo tecnológica, sino también organizativa, lo que obliga a innovar las soluciones organizativas, pensamiento, prácticas e inercias. El conocimiento debe ser horizontal y no vertical, hay que aprender a trabajar en equipo y tener en cuenta las buenas experiencias de otros, por lo que es necesario “armar” la mejor estructura administrativa desde una perspectiva integral de distintos conocimientos y de cooperación.

9. En definitiva, necesitamos una nueva cultura de contratación pública: responsable, abierta, innovadora, cooperativa, profesionalizada, tecnológica y transformadora. Una contratación pública estratégica y proactiva y no meramente reactiva, que ponga en valor la calidad de la prestación. Y, además, debemos garantizar un régimen de contratación que permita dar respuesta a las apremiantes necesidades públicas y que actúe como dinamizador de un modelo económico más sostenible, inteligente y resiliente que nos prepare mejor para afrontar futuras crisis sanitarias, climáticas, alimentarias, tecnológicas o energéticas.

10. la situación obliga a hacer un uso «más inteligente» si cabe de los instrumentos jurídicos tradicionales.

En este sentido, en este primer momento, urge hacer una buena planificación de los contratos que vayan a licitarse. El primer reto es pasar de las «fichas de proyecto» a la definición de especificaciones técnicas de las prestaciones. Para ello también es urgente «reorganizar» las estructuras administrativas, e incorporar al sector privado haciéndolo también corresponsable de esta planificación y su posterior ejecución. Porque el barco de la recuperación no lleva sólo la bandera pública

Y después, poner el foco en la correcta ejecución del contrato. No vale con adjudicar el contrato “y ya está”, sino que el control del uso de los fondos no se va a circunscribir a la forma de selección del contratista, sino que comprende también el cumplimiento de los hitos y objetivos planteados para promover la licitación.

 

 

(*) Este Seminario forma parte de las actividades del proyecto de investigación La contratación pública como estrategia para la implementación de políticas públicas y al servicio de una nueva gobernanza’, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y por fondos Feder, y de la actividad de la Cátedra de Contratación Pública Local -que impulsan Unizar y el consistorio zaragozano-. La actividad ha sido  patrocinada por por la empresa farmacéutica Sanofi.