Aula cine. Ciclo cine kirguiso y tayiko contemporáneo
Introducción
Aunque cada vez resulta más complicado incorporar países asiáticos cuya filmografía reciente no hayamos visitado anteriormente, todavía nos quedan sorpresas. Este año seguimos en Asia Central con Cine kirguiso y tayiko contemporáneo, completando más la panorámica tras el dedicado a Kazajistán. Nos encontramos ante territorios que han permanecido invisibles por el mayor peso de Rusia en la época soviética pero que han revelado con su independencia una personalidad temática y narrativa propia. El conflicto entre tradición y modernidad o la diversidad cultural son solo dos de los asuntos que podemos encontrar en estos films que, por otra parte, tienen dificultades de financiación y la necesidad de recurrir a la coproducción habitualmente europea.
Cine de Asia Central
Puede parecer misterioso que estos países tan aparentemente marginales como estos tenga industrias cinematográficas de calidad que además son completamente desconocidas al ojo de gran parte del mundo. Dichas industrias filmatográficas establecidas en los años establecidas en los años 20 y 30 para producir principalmente documentales y noticieros, adquirió una nueva importancia (y obtuvo recursos) cuando toda la producción de la película soviética se repartió entre ellos durante la Segunda Guerra Mundial. No hay una forma definitiva de dar cuenta del nivel de inspiración creadora evidente de tantas películas producidas, pero sin duda la existencia de estas industrias, con los muchos recursos que ponen a disposición la comunidad de cineastas que las rodean y la educación que ofrecido a los directores, ha sido unos de los factores cruciales. Esta es también una región con una historia antigua y notablemente compleja, marcada por la colisión de culturas, etnias y tradiciones religiosas radicalmente diversas, colisiones que han dado como resultado el tipo de experiencias nacionales trágicas y tumultuosas que tienden a dificultar la vida pero que constituyen terreno fértil para el arte desafiante y único.Una de sus características que se distinguen en estas películas de estas nacionalidades, es la voluntad de enfrentar la dura verdad sobre la vida en la tierra, el pasado y el presente. Hay una urgencia incluso para aquellas películas más moderadas y "amables" entre ellos, un deseo ante todo de dar testimonio de una forma particular de vida y experiencia histórica, pero más allá de eso, una determinación de representar la existencia humana en general sin manipularla para convertirla en realidad.A veces desesperadas, a veces resignadas, a veces esperanzadoras, estas películas varían mucho en tono y sensibilidad. Pero todos están dedicados a expresar verdades, capturar experiencias y transmitir estados de ánimo que la mayoría de las películas no tienen la honestidad o el valor para enfrentar. Merecen ser ampliamente vistos en Occidente, no solo porque arrojan luz sobre una región y un pueblo del que la mayoría de nosotros sabemos poco o nada, sino porque muestran una comprensión de aspectos de la realidad que rara vez se reconocen en nosotros mismos, más débiles de corazón. Son mensajes de una cultura forjada por una historia de conflicto y explotación, y carentes del lujo de la distracción y la ilusión de seguridad que vienen con la prosperidad y el poder. Su testimonio es crucialmente importante para una cultura occidental en la que la experiencia del mundo cada vez es más mediada y distante.Fuente: Senses of cinema. http://sensesofcinema.com/2003/feature-articles/central_asian_films/