EL POLAQUITO

Última modificación: 
28/02/2019 - 17:42

EL POLAQUITO

País: Argentina-España            Año: 2003       Duración: 88 min.         Color

Dirección: Juan Carlos Desanzo.

Guion: Ángel O. Espinosa y Juan Carlos Desanzo.

Fotografía: Carlos Torlaschi.

Música: Martín Bianchedi.

Dirección de producción: Carlos Piwowarski.

Dirección artística: Mariela Rípodas.

Vestuario: Pheonía Veloz.

Montaje: Sergio Zottola.

Intérpretes: Abel Ayala, Marina Glezer, Fernando Roa, Roly Serrano, Laura Espínola, Lucas Lasarich, Fabián Arenillas, Claudio Torres, Susana Varela, Silvia Geijo, Fausto Collado, Eduardo Coacci, Osvaldo Sander, Claudia Noemí Oshiro.

 

Sinopsis: Un chico de la calle se gana la vida cantando tangos en los trenes de la estación central de Buenos Aires. La gente le conoce como “El Polaquito” por imitar al cantante Polaco Goyeneche. “El Polaquito” conoce a “Pelu”, una joven de la que se enamora perdidamente y a la que intenta rescatar de la mafia que la explota. Pero para ello, deberá enfrentarse a “Rengo”, líder de esta mafia que confabulando con la policía de la estación, comienza a hostigarlo tratando de quitarle esa idea de la cabeza. 

 

 

El desarrollo de un cine argentino de calidad en los últimos años, en parte debido a la profunda crisis económica y moral que ha sufrido y sigue sufriendo aquel país –que se compensa con una gran sensibilidad y originalidad creativas– y la indudable calidad artística y profesional de sus creadores, se manifiesta de nuevo en esta película que entronca con el cine social (a la altura de otras producciones como Mundo Grúa El bonaerense, ambas de Pablo Trapero, La ciénaga, de Lucrecia Martel o Pizza, Birra, Fasso Bolivia, de Adrián Caetano), que denuncia, sin convencionalismos ni adulteraciones, sino con imágenes cotidianas en toda su crudeza, la trágica situación en la que viven miles de niños en los suburbios de las grandes ciudades, víctimas de la pobreza, la delincuencia, la prostitución y la droga. Pues El Polaquito es mucho más que la historia de amor entre Abel, un chico de la calle que trata de ganar algo de dinero cantando entre los vagones Naranjo en flor, un tango clásico del famoso Polaco Goyeneche –por eso le llaman Polaquito–, y una joven prostituta llamada La Pelu, que también trabaja en la estación Constitución, la más importante de Argentina. El film es un retrato de un mundo –la explotación infantil– que coexiste, oculto pero emergente, junto a una actividad tan reconocible y normalizada como es el ir y venir de los usuarios que diariamente acuden a sus trabajos y a sus hogares en los trenes argentinos.

 

Lo más destacado de El Polaquito es la credibilidad que emana de sus personajes, lugares y situaciones. En efecto, la estética de la película ayuda a conmover al espectador. La utilización de cámaras ocultas y sin focos que iluminen artificialmente, los movimientos de la cámara al hombro que se limita a seguir a los personajes, un formato que imita la pobre imagen del vídeo doméstico (no digital), la grabación de sonido directo, el rodaje en escenarios naturales y la interpretación naturalista de unos actores no profesionales –a excepción de la destacable Marina Glezer, que obtuvo el Premio a la Mejor Actriz en el Festival de Montreal 2003, el resto de los protagonistas son auténticos chicos de la calle que incorporan en su actuación jerga, gestos y comportamientos propios de ese mundo– consiguen crear un efecto realista espeluznante cuyo resultado está muy cercano al género documental.

 

No obstante, la contundencia con que se muestra la marginalidad de unos personajes carentes de recursos, sin educación ni esperanza en el futuro, choca frontalmente con la visión tierna y conmovedora del amor de los dos protagonistas. Quizá la teoría del director sea que el individuo es bueno por naturaleza y que es la sociedad, con sus desigualdades e injusticias, la corrupta. Al margen de esta simplificación, El Polaquitomuestra unos personajes bondadosos, que frente a los golpes de la vida adoptan una postura de completa sumisión, de renuncia a la violencia. No veo muy creíble el comportamiento de ambos en el contexto en que se mueven. Mi teoría es que la sociedad corrompida acaba pervirtiendo a los individuos. Eso sí, la inocencia termina cuando se alcanza el límite de la cordura y se produce el final trágico que nos recuerda que se trata de un hecho real, que recogieron diversos medios de comunicación argentinos.

 

https://vanavision.com/2004/10/2-el-polaquito-de-juan-carlos-desanzo/

 

Más información en

https://www.clarin.com/espectaculos/realidad-calle_0_ByPgRR1lRtg.html

http://www.pediatriabasadaenpruebas.com/2013/07/cine-y-pediatria-183-el-...

 

 

Calificación: No recomendada para menores de dieciocho años.