Las obras recientemente descubiertas en Almazorre, o las localizadas anteriormente en Bagüés, Susín, Vió o Ruesta, servirán para analizar en este acto los intercambios estilísticos e iconográficos que se produjeron en ese periodo artístico en el Alto Aragón y con su entorno
María Carmen Lacarra repasa, este lunes, 9 de noviembre, en el Campus de Huesca la pintura románica en el antiguo Reino de Aragón a la luz recientes hallazgos. La catedrática de Historia de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza ofrece una conferencia, abierta al público, a partir de las 11 horas, en la Facultad de Empresa y Gestión Pública (plaza de la Constitución, 1). Las obras recientemente descubiertas en Almazorre, o las localizadas anteriormente en localidades como Bagüés, Susín, Vió o Ruesta, servirán para analizar, en este acto, los intercambios estilísticos e iconográficos que se produjeron en ese periodo artístico dentro del Alto Aragón y con su entorno tanto en la pintura mural como en la realizada sobre tabla. El acto ha sido organizado, con la colaboraci&o! acute;n de la facultad anfitriona, por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de la Experiencia del Campus de Huesca.
“Recientes hallazgos de pinturas murales como las de San Esteban de Almazorre”, que están dotadas de documentación, y que han sido fechadas entre 1130 y 1131, “han ayudado”, señala la conferenciante, “ a profundizar en los estudios de la pintura románica en el Alto Aragón, mural y sobre tabla, estableciendo nuevas relaciones entre los diversos talleres aragoneses de los siglos XI al XIII”.
Maria Carmen Lacarra hará un recorrido en su conferencia por distintas obras, que, considera, “configuran un nuevo mapa de la geografía artística peninsular”. Así, en el campo de la pintura mural, destaca, además de “las importantes obras de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Bagüés, emparentadas con los talleres franceses de Poitiers y de Limoges”, las de la iglesia de Santa Eulalia de Mérida de Susín, que vincula con las de Almazorre y con el llamado tercer maestro de Santa María de Tahull, del valle leridano de Bohí; y las de San Juan Bautista de Ruesta, que relaciona con talleres de miniaturistas oscenses de las últimas décadas del siglo XII. En lo referente a las pinturas sobre tabla, cita la de San Vicente de Vió, “similar a las pinturas de Almazorre”, y el frontal del monasterio de Santa María de Igüacel, vinculado al taller de Ruesta.