Ramón J. Campo habla en Huesca sobre el papel de la estación internacional de Canfranc en la II Guerra Mundial

06/03/2017

El periodista oscense, autor de ‘Canfranc: el oro y los nazis’, revisará lo sucedido durante el periodo de presencia del ejército alemán en este enclave del Pirineo aragonés, en un acto en que también se proyectará su documental “Juego de espías”

Esta  conferencia, que forma parte del programa de la Universidad de la Experiencia en la capital altoaragonesa, se iniciará a las 19,30 horas en el Casino

El papel de la estación internacional de Canfranc durante la II Guerra Mundial protagoniza la conferencia que impartirá, Ramón J. Campo, este martes, 7 de marzo, en Huesca. La presencia de militares alemanes en esta localidad del Pirineo aragonés, el paso por su frontera de oro y recursos del gobierno nazi, o la salida por ella de personas que huían de la guerra o de los campos de concentración, protagonizarán este acto, en el que también se proyectará el documental Juego de espías’, que firma este periodista oscense, junto a Germán Roda. El Salón Azul del Casino acogerá, a las 19,30 horas, esta iniciativa, que forma parte del programa de la Universidad de la Experiencia en el Campus de Huesca y en la que colabora el Ayuntamiento de la ciudad.

Al acto asistirán la concejal de cultura Yolanda de Miguel; Teresa Cardesa, coordinadora en la capital oscense del citado programa formativo para mayores de la Universidad de Zaragoza;  y Joaquín Casanova, editor del libro de Ramón J. Campo ‘Canfranc: el oro y los nazis’.

Canfranc fue un lugar estratégico en la II Guerra Mundial. Cientos de europeos, entre ellos los pintores Max Ernst y Marc Chagall, escaparon de la persecución nazi por este paso ferroviario. Las tropas del Tercer Reich se instalaron, tras ocupar toda Francia en noviembre de 1942, en el puesto fronterizo de la estación internacional. En este enclave pirenaico se sucedieron las huidas y detenciones de perseguidos, el paso del oro que Hitler robó en bancos de Europa con el que se pagaba el wolframio que necesitaban para blindar armamento, y que le vendían los dictadores Franco y Salazar, o el ir y venir de espías aliados, exiliados y resistentes a la ocupación alemana.