Premiado un trabajo de restauración de minas en el que participa el Campus de Huesca

17/07/2015

 

El proyecto, que busca favorecer la estabilidad del terreno reconstruyendo las formas “naturales” de las laderas, y evitando la erosión de las escorrentías, se ha realizado en explotaciones a cielo abierto de la comarca del Alto Tajo

El II Foro Minero Metalúrgico lo ha galardonado atendiendo a criterios de innovación, compromiso con el medio ambiente, e impacto económico y social

El II Foro Minero Metalúrgico de Desarrollo Sostenible ha premiado un trabajo de restauración de minas desarrollado, en la comarca del Alto Tajo, por un equipo de especialistas del Campus de Huesca de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Complutense, la israelí de Ben Gurión,  el CSIC  y diversas empresas creadas por titulados formados en algunas de ellas. El proyecto, que busca favorecer la estabilidad del terreno reconstruyendo las formas “naturales” de las laderas, y evitando la erosión de las escorrentías,  se ha realizado en explotaciones a cielo abierto de caolín de la empresa minera Caobar. El trabajo, que, además, monitoriza la calidad de las aguas del entorno, fue presentado  en la Galería de Innovación de este foro  promovido por la Confederación de Empresarios de la Minería y de la Metalurgia (Confedem), que tuvo lugar, a mediados de mayo, en la Institución Ferial de Madrid.
 
Seis desarrollos de este sector, “caracterizados por su aporte tecnológico innovador”, optaban al II Premio Minería y Metalurgia Sostenibles, que recayó finalmente en el titulado “Control automático de la calidad de las aguas de las minas y restauración de bienes y servicios ecosistémicos, mediante restauración geomorfológica. El jurado, presidido por Daniel Torrejón, Subdirector General de Minas del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, atendió, para tomar esta decisión, a “criterios de innovación, compromiso con el medio ambiente, impacto económico y social, aplicabilidad y capacidad de influir positivamente en el desarrollo minero metalúrgico sostenible”, según informan los organizadores.
 
Restauración geomorfológica
El proyecto, iniciado en 2007,  ha sido realizado en explotaciones de caolín situadas en la provincia de Guadalajara, en el entorno del Parque Natural del Alto Tajo. El trabajo se ha desarrollado en dos vertientes, señala José Manuel Nicolau, profesor de Ecología de la Escuela Politécnica Superior de Huesca, e integrante del grupo multidisciplinar de investigadores que lo ha impulsado: por un lado se ha trabajado para controlar la calidad de las aguas en esta zona, y la procedencia de los sedimentos que afectan a sus ecosistemas fluviales, y  por otro se ha realizado la restauración geomorfológica de terrenos de dos canteras de esta arcilla blanca, situadas cerca de las localidades de Poveda de la Sierra y Peñalén, en zonas de elevada pendiente.
 
Así este equipo científico, en colaboración con la empresa minera, ha implementado mecanismos de control y vigilancia del estado de las aguas del Tajo y de sus afluentes, y de  las emisiones de las balsas de retención de sedimentos que se habían construido. El objetivo es reducir las afecciones de estos depósitos en las comunidades biológicas, y especialmente en las poblaciones de trucha, que ocupan los cauces de estos ríos y barrancos.
 
También ha trabajado en el diseño y aplicación de la llamada ‘restauración geomorfológica’  a esta zona. Ésta nueva metodología de intervención en lugares transformados por la minería en superficie, o por otras actividades humanas, incorpora una perspectiva paisajística y socioeconómica, junto a conocimientos de hidrología y geomorfología, buscando una restauración sostenible e integrada en el entorno. Para ello se centra en el diseño y reconstrucción del relieve mediante geoformas similares a las ‘naturales’.
 
El fin último, señalan sus impulsores,  es “favorecer la estabilidad del terreno, restituyendo ecosistemas y paisajes funcionales”, e integrados en el entorno, que no tengan  necesidad de futuros mantenimientos. Para conseguirlo el objetivo es  desactivar el efecto erosivo de las escorrentías, que, precisan,  generan “deslizamientos del terreno y procesos de contaminación”, y “bloquean el desarrollo de ecosistemas”.
 
Los trabajos del grupo Restauración Geomorfológica, señala Nicolau, van a continuar realizándose en estas minas del Alto Tajo, que siguen en explotación, mediante convenios con las instituciones de la región y con la empresa Caobar. Ese equipo interuniversitario –en el que participa éste investigador del Campus de Huesca  y del Instituto de Ciencias Ambientales de Aragón– está interviniendo simultáneamente, a través de un proyecto Life ya concedido, en la restauración de diversas canteras de la empresa Cemex en Tortosa.